Seguidores

miércoles, 18 de agosto de 2010

Oneshoots Lovers - Edward

Edward POV- Declaración


Nunca había sufrido tanto… saber que ella estaba en peligro mortal me hacía doler todas las extremidades de mi cuerpo, como si realmente me estuviera ahogando, como si me estuvieran arrancando el corazón con las manos. James la acechaba y no podía permitir que le hiciera daño, no a ella… no a Bella, la dueña de mi completa existencia, la que se había convertido en lo más importante, sin importar cualquier cosa, y por ningún motivo me hubiese perdonado si algo llegaba a sucederle… me culparía eternamente… me quitaría la vida, si eso es lo que tengo. 
Luego de recuperarse unos días en el hospital, cuidándola sin apartarme de ella un instante, por la noche ya con Charlie en sueños aparecí en su habitación, tenía que decirle lo que me sucedía, lo que me hacía sentir cada vez que parpadeaba al mirarme, cada vez que rozaba sus tibias manos sobre las mías o cuando escuchaba el agitado latir de su corazón cuando la besaba… estaba enamorado y nadie podría quitármelo jamás. 
Ella me esperaba recostada en la cama e hizo un espacio invitándome a acompañarla, una vez allí apoyó su cabeza en mi pecho y así permaneció.
— No sabes lo tranquilizante que se siente esto.  dijo.
El olor de su pelo me hizo estremecer, mi garganta ardió. Hice un gesto de dolor y agradecí que ella no pudiera verme, se preocuparía y yo no la sentiría. Era el dolor más embriagador que jamás había probado, simplemente increíble.
— ¿Edward? Por favor, debes prometerme que nunca vamos a estar apartados, te pertenezco… Debiste haber dejado que me convirtiera.
No podría estar lejos de ella, preferiría la muerte, era cierto, pero tampoco podía ser tan egoísta y aceptar lo que me pedía. 
— Bella, debes entender una cosa, causas miles de efectos en mí… verte y estar contigo es un soplo de aire que me inspira, me alimenta, me excita, me tranquiliza, me perturba, me mata… Es algo que nunca he sentido, ni en mis 109 años de vida, si es que eso es lo que es. Por favor, compadécete de mi, no puedes pedirme eso, destruiría todo… 
La levanté suavemente de mi regazo, me senté y sostuve su delicado rostro con mis manos, ella sólo me miró en silencio, supuse que no tenía nada para decir, pero de pronto lágrimas corrieron por sus mejillas. Quise defenderla del universo entero, nadie jamás podrá hacerte daño.
—Te amo, de todas las maravillas que he visto, tu eres de las más hermosa e inolvidable. — La abracé, intente protegerla con mi frío cuerpo, sin más. Éramos sólo nosotros en la oscuridad de su cuarto.
— Te amo, como nunca a nadie. — dijo, y aunque me llenaba de dicha saber que me correspondía no podía alegrarme por completo, ella no debía sentirse así, no debe…
— Te amo, — repitió
— Tienes que dejar de decir eso, enserio —  dije concentrándome en mis pensamientos — no deberías…
— No puedo, nunca antes me sentí así. 
— Claro que no, tienes diecisiete — 
— También tu. — dijo acariciándome.
Sonreí ante su picardía, tenía razón.
— Tu amor es demasiado precioso para que yo me crea su dueño, pero en cada caricia que recibo de tus manos puedo vernos en medio de la luz, estoy muerto en medio de la vida pero tú cambias… lo cambias todo.
— Te amo Edward, para siempre.
— Te amo Mi Bella,
Ya era entrada la medianoche, la volví a recostar sobre mi pecho y comencé a tararear su nana. Estábamos solos en medio del amor y nos habíamos declarado. Sí, nos habíamos declarado amor eterno.
-
Espero que les haya gustado, ando con muy poca inspiración pero este me gustó mucho.
Un beso enorme! Dedicado especialmente para Carito que estuvo animándome mucho a escribir y infinitas gracias por su paciencia. 

domingo, 8 de agosto de 2010

Recado

Por favor, no desesperen.
Estoy trabajando muy arduamente en mis capítulos, espero que sigan visitándome como lo han estado haciendo. Muchísimas gracias.

sábado, 31 de julio de 2010

Oneshoots Lovers - Carlisle

Carlisle POV - ¿Alguna vez has amado realmente a una mujer?
Carta de Carlisle Cullen a su amada esposa, Esme.


Mi Queridísima Esme:
No creo poder expresar en ningún idioma lo que significas para mi, pero para entenderlo puedes intentar soñar, cierra los ojos e imagínanos. Imagina las cosas agradables, nuestra boda, atardeceres infinitos, los incomparables años juntos.
Recuerdo nuestro primer encuentro, lucías tan delicada e inocente, valiente y hermosa, el amor fluía por todos los poros de tu cuerpo, y dudo, todavía, que jamás puedan existir en otra persona tales cualidades. Mirabas con ojos curiosos, tanto, que pensé sospechabas de mi, pero luego una leve sonrisa se extendía por tu rostro. Tenías apenas dieciséis años y habías roto tu pierna trepando un árbol. Esa misma tarde, tu madre te llevó al hospital y, casualmente, yo estaba de guardia. De alguna manera, entre todas las posibilidades sentí que era mi deber estar allí, ponerte a salvo, y no cualquier otro. Sé que es absurdo, pero algunas noches no me siento merecedor de tu amor, y pensarlo así me libera el corazón.
Mientras te vendaba no podía evitar admirar tu perfección, hasta el punto de sentirte mía, y necesité cinco minutos para entender que los dioses te concedieron algo especial.
Desde entonces terminaste ocupando gran parte de mis pensamientos, como nunca hubiese imaginado pensar en nadie, presintiéndote donde no estabas, deseándote donde no podías estar. ¿Puede ser eso posible? Sólo había cruzado unas miradas contigo, y pareció ser que quedé atrapado de por vida. Pero había pasado cien años en soledad, y no era más de lo que esperaba para el resto de mi existencia. Eras humana y lo respetaba, ¿Sabes? siempre he creído que lo más hermoso de la creación es, una mujer hermosa. Mi Esme.
Llené más de veinte cuadernos con cartas que quise enviarte, sin embargo, no pude. Mil veces quise decirte que, en las décadas dedicadas al estudio he descubierto que no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad, y tu querida, eres la cura que yo necesito, mi felicidad.
Después de diez años de impedirme buscarte infinitas veces, di con tu cuerpo destrozado, y sentí pena, porque pensé que la mejor mujer del mundo había desaparecido. Supe que era un milagro al descubrir que tu corazón seguía latiendo, y no lo dudé un instante. No creas que no me siento culpable de haberte convertido en esto, pero si no lo hacía te vería morir y, definitivamente, no estaba preparado para eso. Desde ese momento siento que existo ahora, y existiré para el propósito que decidas, mi destino reposa contigo. Y lamento, desde lo más profundo de mi ser, no poder darte la familia propia que siempre has anhelado.
Quisiera poder hacerte olvidar, para siempre, cada cosa incompleta, penosa, del pasado, y hacerte feliz en todas las formas posibles, de modo que quiero que recibas un regalo de mi parte, un lugar donde podrás volver a sentir el calor que alguna vez te quité.
Te amo Esme, te amo y te admiro inmensamente. Tienes el alma más grande, la naturaleza más noble, y el más amable corazón que jamás haya conocido.


Siempre tuyo, Carlisle.

Doble la carta, la metí en el delicado sobre y lo sellé con mis iniciales. Era hora de partir, se la entregaría cuando estuviéramos en viaje, y a punto de llegar a la Isla Esme, mi regalo para ella.











Espero les haya gustado, a mi realmente me encantó como quedó.
Siempre vi a Carlisle como un tipo de época, y quería que lo reflejara en sus cartas.
Un beso, y dejen sus opiniones, me ayudan a seguir escribiendo.

jueves, 29 de julio de 2010

Antes del Amor - Cap II

Twilight - Antes del Amor
La familia Cullen y su llegada a Forks antes de conocer a Bella Swan.



Capítulo II - Pensamientos
La conducción nocturna por la carretera fue fabulosa, no disminuimos la velocidad en ningún momento, para el amanecer ya habíamos cruzado la frontera.

Tuvimos que esperar a Emmett y a Rosalie cerca de una estación de servicio en mitad de la carretera, ya se imaginarán porqué, mi hermano es muy susceptible a los encantos de su provocativa novia. Una vez que nos alcanzaron, cargamos gasolina a nuestros coches y seguimos el camino. A penas faltaban un par de kilómetros para llegar a Forks, según las señalaciones y los pensamientos de mi padre estábamos en Port Ángeles, nada más que otro pueblo americano. 
Carlisle había conseguido un empleo en el hospital del centro como uno de los médicos principales. Por supuesto que lo aceptaron, había trabajado en las más prestigiosas instituciones y tenía muy buenas referencias de sus colegas y amigos… humanos. Dedicó varias décadas al estudio de la ciencia y medicina, se había especializado en cada una de las ramas que podía, y en su currículo mencionaba las más importantes, ya que no podría haber estudiado tanto en sus supuestos 36 años. Mi padre había sido transformado a los 23 y los aparentaba, al igual que Esme, mi madre de 26. Una vez pude ver en su mente como se conocieron y como él la salvó de la muerte, la diferencia de edad no lo es nada para ellos. Carlisle es muy detallista, y quiere darle todo lo que pueda a su esposa, disfrutar cada segundo con ella, sabía que esta casa la haría muy feliz. También lo sabía yo…

Ya casi llegamos… Oí pensar a mi padre. No pasaríamos por el centro de Forks, primero quería mostrarnos la casa, así que nos adentramos por un desvío en el bosque, podríamos ir a recorrer luego, nos dejaría explorar por nosotros mismos. Estábamos muy ansiosos, nunca habíamos tenido nuestra casa propia todos juntos, este último tiempo habíamos compartido con el aquelarre Denali, pero anteriormente cada uno tenía su… vida. La idea de permanecer juntos emocionaba a mi madre, quien siempre había anhelado una familia. 
Al llegar, luego de unos cuántos metros alejados de la carretera, pudimos ver una mansión en medio de la flora del bosque. El gran camión de traslado esperaba con nuestras cosas y el Jeep de Emmett a un lado, pude oír la tranquilidad y emoción de mi hermano al mismo tiempo. Estacionamos frente a la gran casa y Esme fue la primera en bajar…
No puedo creerlo, Carlisle…
La emoción la llevo a poner las manos sobre su cara, como si quisiera tapar lágrimas que no caerían nunca, un acto reflejo. Mi padre bajó tras ella, y la contuvo en un abrazo…
—  Esto es para ti, y para nuestros hijos, cariño… Lo que siempre hemos querido. Una familia. Ahora podemos decir que está todo completo.
—  Oh Carlisle, muchas gracias. Esto es perfecto... Sus ojos dorados mantuvieron sus miradas por un instante. 
—  ¡Vamos niños, bajen! Vengan a conocer nuestro nuevo hogar. —  Nos gritó desde afuera, ninguno había querido interrumpir tan emotiva escena y nos mantuvimos quietos en nuestros autos, observando el amor que compartían… y sentí algo de vergüenza. 
Bajamos al instante, Esme nos abrazó a cada uno, diciendo que compartiríamos hermosos momentos y que éramos la familia que siempre había querido. 
¿Siempre había soñado con tener una familia de vampiros? Que imaginación tenía mi madre.
Me reí ante tal pensamiento y nos dirigimos a bajar nuestras cosas. 

Puse mi piano en un costado de la sala principal, bajando las escaleras, Jasper ayudó a Carlisle con sus cuadros y la colección de libros para ponerlos en su nuevo despacho, Alice bajó su gran cantidad de vestuario y Rosalie la siguió con sus maquillajes. Emmett se quedó idolatrando y limpiando su coche y Esme no podía parar de pensar en todas las remodelaciones y decoraciones que le haría a la mansión, realmente estaba muy contenta. Eso me hacía feliz… 
Por supuesto, Alice se nos adelantó y eligió la mejor habitación, con un gran closet y una ventana que daba al frente de la casa. 
— Tu sí que sabes elegir pequeña… - Escuché decir a Jasper al entrar en la habitación que compartirían. En cuanto a mi, no estaba interesado en elegir una habitación, ¿Qué más da? No era necesario tener una cama, así que me quedé con la más pequeña. La mitad que daba al exterior era todo de vidrio, y podía ver el bosque. Abrí las ventanas al instante, dejando que entraran los diferentes olores de fuera y ordené mi nueva habitación. 
Coloqué un enorme estante y ordené mis Cd’s favoritos por fecha junto a un reproductor de música, en una mesa cercana al diván blanco puse los libros que estaba leyendo, coloqué estantes con más libros y algunos recuerdos de mi madre biológica, Elizabeth, y un juego de ajedrez que me había regalado Alice. 
Al terminar decidí recorrer algo más de la casa, para matar el tiempo y no aburrirme, acababa de llegar, era demasiado pronto para eso. Salí de mi espacio privado y vi a mis hermanos organizar sus habitaciones, Alice ordenaba su vestuario por colores, Jasper pensaba en dónde colgar sus diplomas y Emmett intentaba convencer a Rosalie que debían probar que la cama resistiera sus cuerpos. Los ignoré. 
Pasé por el despacho de Carlisle y lo escuché hablar por teléfono anunciando su llegada con lo que parecía ser un médico de Forks, aunque pasé muy rápido alcanzó a verme y oí mi nombre en sus pensamientos, quería hablar conmigo y me acerqué. Ya había colgado el teléfono…
—  Edward, hijo… ¿Qué piensas al respecto? — dijo dirigiendo su mirada alrededor de la habitación.
—  Creo que es maravilloso, padre, una muy buena elección. Y la pintura de Solimena quedó excelente allí… —  Señalé al enorme cuadro que representaba a Los Volturi en lo alto de un balcón, quienes miraban con calma el caos reinante a sus pies, y Carlisle a un lado.
—  Gracias, es mi preferido. Pero me refiero a cómo te sientes con respecto a la nueva casa. —  Él estaba preocupado por mi, sabía que me era difícil adaptarme pero que lo haría para no herir a mi familia y estar con ellos. 
—  En realidad, estoy bien —  mentí — Me agrada que Esme esté feliz con la nueva casa, no para de tener ideas para decorarla. Carlisle sonrió, no podía evitar pensar en la felicidad de su esposa, pero continuó.
—  ¿Y tus hermanos?
—  Bueno, ellos… están muy emocionados. Alice piensa en hacerte una fiesta de agradecimiento y por supuesto, nos convenció a todos de ayudarla, —  Sonrió de nuevo, lo llenaba de dicha saber que su familia estaba contenta —  pero Jasper está algo nervioso por la escuela, no se siente muy preparado para estar tan cerca de los humanos. — Usé ese comentario para mi también, no quería volver a comenzar la preparatoria y menos estar rodeado de humanos que nos idolatren. 
—  No te preocupes, lo ayudaremos, somos una familia. Pero necesitan ir a la preparatoria de nuevo, si queremos mantener una vida lo más normal posible tienen que hacerlo. Lucen demasiado jóvenes para ser adultos hijo… No sería bueno llamar demasiado la atención, es suficiente con nuestra apariencia. 
—  Si, lo sé —  dije frustrado.
—  Esme llamó al instituto de aquí al llegar, los recibirán con los brazos abiertos. Emmett y Rosalie estarán en el último año, Alice, Jasper y tú en el tercero. Espero que lo entiendan, son los que lucen más pequeños. 
—  De acuerdo, entiendo papá. —  Y lo hacía, necesitábamos proteger a nuestra familia y no debíamos llamar la atención. Será divertido ser el más inteligente de la clase... y me sonreí ante la idea.
— ¿Cuándo comenzamos? —  pregunté.
—  Bueno, aún están en receso, las clases comienzan la semana que viene. Y por favor, dile a Rosalie que no lleve el deportivo el primer día, queremos pasar desapercibidos. 
—  No creo que vaya a hacerte caso, Carlisle. Ya tiene bastante con ir un año más al instituto, y si lo hace quiere ser vista por todo el mundo allí. 
—  Emmett debe ponerle límites. — dijo resignado.
—  Padre, si pudieras ver en los pensamientos de Emmett te darías cuenta que se vuelve loco por ella y sus encantos lo vencen en todo sentido.
— De acuerdo, luego le hablaré. Y en cuanto a Jasper, lo mantendremos controlado. Alice y tu deben ayudarlo cuando yo no me encuentre presente. 
—  No te preocupes, lo haremos.
—  Gracias Edward. Ahora vete, recorre un poco. Distráete…
—  Lo haré… 
Salí del despacho de mi padre y decidí recorrer algo del bosque. Tendría que encontrar otro lugar para mi y mis pensamientos. 
Corrí por los alrededores de la casa, sintiendo la brisa fresca golpear mi rostro, revolver mis cabellos y chocarme con alguna que otra hoja suelta. Me di una gran caminata, subí por unas pequeñas montañas cerca, pasé por un arroyo y me crucé con varios animales, pero no tenía sed, así que no tuve que alimentarme de ninguno de ellos. Di largas zancadas entre piedras, me trepé a varios árboles para admirar el panorama desde otro ángulo, y de pronto me pareció hermoso. El clima era fantástico para nosotros, en realidad estábamos acostumbrados y de esa forma nos parecía bien. Pude divisar una playa a lo bajo, del territorio Quileute, para ser exactos en La Push, teníamos prohibido pisar su territorio y eso haríamos. Respetar el tratado.
Seguí explorando, hasta que pude ver entre los pinos una luz, que parecía rodear un espacio limpio. Me acerqué rápido, y me quedé mirándolo desde la penumbra del atardecer. Era un claro, de dimensiones circulares y cubierto de un césped perfecto, como si siempre hubiese sido cuidado por algún jardinero. También tenía unas hermosas flores de tonalidades violetas y blancas, podría decir que eran tulipanes que se expandían por todo el lugar. Lo sentí como mi propio cielo, aúnque supiera que nunca podría ir al mismo, no estaba permitido para nosotros, no lo merecíamos. Quise dejar de pensar en eso, y puse un pie en aquel deslumbrante lugar. El sol del atardecer pegaba en el centro y al no haber árboles lo cubría todo, mariposas y pájaros disfrutaban del calor y yo quise hacerlo, también.
Caminé hacia el centro, sentí el calor en mi pálida cara, abrí mis ojos y miré mis manos centellear, aunque era la piel de un asesino se sentía bien estar expuesto al sol. Me sentí dueño del lugar, y ojala así lo fuera. Recosté mi cuerpo en medio de las flores y allí permanecí, con los ojos cerrados hasta que la oscuridad consumió todo. 

— ¿Dónde has pasado todo este tiempo, cariño?  — Me preguntó Esme al llegar.
Parecía ser que había desaparecido por completo la última semana, y en casa todos se preguntaban qué hacía. 
— En el bosque mamá, he encontrado un lugar que me agrada. — Era cierto, desde que había encontrado el claro no dejé de ir ni un solo día, sobre todos los días soleados. Estaba lo suficientemente alto para que pegara el sol en él por completo y lo iluminara hasta el anochecer. Pasaba la mayor parte de los días ahí, y alguna que otra noche. Simplemente, pensando.
— Edward debe estar enamorado de algún animal, o algo así… ya saben como es él. — dijo Rosalie. No le di importancia, me esperaba algún comentario de ella así, cuando estaba en casa a veces se me cruzaban sus pensamientos, tales como Es muy raro, quisiera saber qué está tramando… Y Luego se cruzaba con algún espejo y se hundía por completo en su arrogancia. 
— Dejen de molestar a Edward, — dijo Carlisle — Él solo ha encontrado un lugar donde se siente a gusto. 
— Gracias papá. — Fue lo único que contesté. 
— Cambiando de tema… Chicos, recuerden que mañana es su primer día de clases en el instituto. El receso terminó y es hora de comenzar. 
Cierto, el instituto. No nos hacía ninguna gracia a ninguno de nosotros volver, pero era lo que habíamos acordado si queríamos permanecer juntos y pasar inadvertidos.
— No lo soporto, se supone que Emmett y yo ya somos lo suficientemente grandes para no tener que pasar por esto de nuevo, — dijo mi pedante hermana. — Aunque será divertido verles las caras a esos estudiantes cuando nos vean… Especialmente a mi — pensó mientras reía para si.
— Rose, será divertido. ¿No es cierto Jas? — dijo Alice — He visto que no les caeremos muy bien pero hay muchas cosas buenas que podemos hacer. Tienen un programa de Eventos al que quiero anotarme, puedes venir conmigo si quieres. 
— Claro, tendré que pasar el tiempo en alguna cosa. Eso sí, tendrás que encargarte de mi vestuario diario como siempre — añadió Rosalie.
— ¿Quién más lo haría si no? — mi pequeña hermana río y se fue saltando hacia su habitación para elegir sus trajes de mañana. 
— Claro Emmett, vamos. — contesté.
— Odio que hagas eso Edward, ni siquiera te he hablado 
— Sé que te molesta, por eso lo hago grandullón! — y reí.
— De acuerdo, veamos si te ríes cuando no puedas alcanzar al mejor venado esta noche. Vamos de caza ya! 
Me gustaba pasar tiempo con mi hermano, y aunque no lo haya dicho nunca, era mi favorito. Siempre sabía cómo hacerme reír. 

Nos adentramos a lo profundo del bosque, corrimos hasta encontrarnos con una manada de venados a los cuales atacamos al instante, debíamos calmar la sed lo más que pudiéramos, todos nosotros, para soportar estar cerca de los humanos sin problemas y que nuestras pupilas permanecieran doradas, porque cuando se nos ponen negras asustamos a las personas y comienzan con sus teorías. 
— ¿Qué crees que pensarán sobre nosotros Edward?
— Es obvio que lo sabré, nos creen muy hermosos Emmett no tendrás problemas con relacionarte con ninguna chica, adoran tus músculos. Oí a la chica que nos vio el otro día en el centro. ¿Qué fue lo que dijo exactamente? Oh si, Me encantaría que ese muchachote fuera el nuevo profesor de gimnasia, sí, eso sería muy bueno… — y reí mientras me burlaba de mi hermano.
— Vamos! Eso no es gracioso, sabes que no las veo de esa forma, Rosalie es todo para mi… Aunque sería bueno darle algo de celos… De todas formas, preguntaba. La gente de aquí se ve muy tranquila, y no reciben muchos turistas.
A Emmett le inquietaba que no nos recibieran bien, y que se dieran cuenta de lo que somos.
— Tranquilízate Emm, la mayoría piensa que no somos de este planeta, que somos hijos de dioses o algo por el estilo. Siempre tienen sus teorías, pero aún así no se animan a decirlas o contarlas, no es algo común entre ellos. 
— De acuerdo. Bueno, creo que ya es hora de volver, Rose me matará si no paso con ella la noche.
— Seguro, yo me quedaré un rato más por aquí. 
— Esta bien, pero no te duermas tarde, mañana tenemos clases temprano. — bromeó mi hermano.
— Claro claro, muy gracioso. Vete ya de aquí mujeriego! 
Ambos nos reímos. Emmett corrió muy rápido en dirección a la mansión y yo me dirigí hacia mi claro. Pasaría allí la noche. Cuando amaneció me dirigí a casa a cambiar mi ropa. 

— ¡Que tengan un muy buen comienzo niños! — gritó Esme desde el frente de la casa. 
— Gracias mamá! — respondimos como un coro de ángeles y nos reímos al notarlo.
Por ser el primer día de clases acordamos ir los cinco en mi coche, Rosalie por supuesto se puso como una fiera, maldijo todo el camino hacia el instituto y nadie le prestó atención. Estábamos algo nerviosos por los humanos, quiero decir, sabríamos que eran indefensos, los peligrosos éramos nosotros, pero estarían observando cada movimiento de nuestros perfectos cuerpos...
El camino fue corto, llegamos a tiempo y encontramos un buen lugar donde estacionar el Volvo, al que nadie dejó de mirar hasta que nos bajamos de él y fue entonces cuando comenzaron…
Miren, ahí llegan los nuevos estudiantes. Mi madre tenía razón al decirme que son increíblemente hermosos, todos ellos. Los vio en el centro, dijo que parecían salidos de una tarjeta navideña. Y así es… mira esos cuerpos.
Aquí vamos, podía escucharlos hablar de nosotros por todas partes…
El otro día fui al médico para un chequeo y el nuevo doctor, su padre, me atendió, era muy atractivo y estaban sus hijos también, son ángeles…
Las vi comprar ropa en el centro de Port Ángeles, parecían modelos de revista. Incluso más hermosas… ¿Tendrán pareja? La rubia está que arde.
La pequeña es mía pero… ¿Porqué se toman de las manos? ¿No se supone que son hermanos? Creo que aquí hay algo raro.
No son hermanos biológicos, los adoptaron a todos. Según los rumores vienen de Alaska, por eso su palidez… 

Estarían así todo el día o toda la semana, y yo era el único de nosotros que lo tenía que soportar. A Rosalie le hacía subir su ego y también a Emmett, un poco. Al bajar del coche mis hermanos se tomaron de las manos, como siempre lo habían hecho frente a otras personas, sabrían desde un principio que sería raro para los demás si supuestamente eran hermanos, aunque todo el mundo estaría al tanto de que éramos adoptados. En cuanto a Alice y Jasper, bueno ellos se lo tomaban con más calma. Mi hermano tenía el don de controlar los sentimientos e hizo que me tranquilizara, Calma Edward, solo son un grupo de humanos, tu deberías ser el más relajado aquí. Por favor, no hagas que me ponga más nervioso aún.
 — Lo siento Jasper — le dije dándome la vuelta. Alice estaba colgada de su mano, y volví a escuchar esos pensamientos…
Parece ser que el grandote está con la rubia alta y la pequeña con el rubio. ¿Es eso legal?
Y ¿Qué hay sobre el que va sólo? Es el más atractivo de los tres, sobre todo porque no va con nadie… Es una dulzura!. Volví mi mirada a la chica entre la muchedumbre alrededor, era de mediana estatura, pálida y de ojos verdes, ordinaria. La ignoré tarareando, como a todos los demás.
Al entrar al edificio nos dirigimos a la oficina de la secretaria, dónde dijo Esme que nos darían nuestras clases y horarios. Cuando entramos nos recibió una señora de cabello rojizo, entrada en años, pero que igualmente se ruborizó cuando clavamos nuestros brillantes ojos dorados en ella. Oh por Dios...
— Buenos Días! Soy la Sra. Cope y ustedes deben ser Los Cullen. Si no lo son deberían ser dioses del Olimpo, ¿De dónde ha salido este quinteto? Sonreí ante su pensamiento y Alice contestó al instante.
— Buenos días Sra. Cope, mi nombre es Alice. Mis hermanos y yo estamos muy emocionados de comenzar las clases aquí.
¿Porqué hace eso? Se supone que debemos ser normales, a los adolescentes no les gusta la preparatoria en ningún sentido… Cielos.
— Bien jovencita, me alegro oír eso. Sean bienvenidos al Instituto de Forks. Los iré nombrando de a uno y entregándoles sus horarios y cuadernillos respectivamente. 
Sacó un papel, lo que parecía ser un listado… Estos niños me hacen estremecer, son demasiado bellos… Mmm, quiero decir… Ellos son atractivos, pálidos… y miren esos ojos, penetrantes y… Santo cielo, tengo que parar de hacer esto. Soy una mujer adulta…
— Muy bien, comencemos entonces… Oh, aquí tienes querida, Alice Cullen. Tu irás junto con… Jasper Hale Cullen…
Observé como la Sra. Cope se percató del detalle cuando Jasper soltó la mano de nuestra pequeña hermana para tomar su horario.
— Gracias Sra. — contestó Jas amablemente.
¿Son pareja? El musculoso también sostiene la mano de la rubia. Por lo que sé son adoptados, no hay nada malo en ello… pero son tan jóvenes y viven juntos! Como sus padres pudieron permitirlo… Puso una cara de horror, pero la contuvo y continuó.
— Eh… de nada — Aunque me pone algo nerviosa ese Jasper es muy atractivo, me recuerda a un personaje antiguo… — Bien, tú eres el hermano mellizo de Rosalie Hale, ¿Cierto? 
— Así es — contestó.
 — Pues, en ese caso ¿Ambos no deberían estar en las mismas clases?
— Está usted en lo cierto Sra. Cope, pero verá, al ser adoptados y por distintas circunstancias de la vida, no pude terminar bien mis estudios y mis exámenes de equivalencias dicen que debo comenzar a partir de tercero.
Claro que eso no era cierto, lo habíamos inventado para que Jasper pudiera estar con Alice y al mismo tiempo, fuera controlado por nosotros. No le hacía ninguna gracia pasar tiempo con humanos tan cerca. 
— Muy bien, en ese caso lo entiendo. Continuemos… Rosalie Hale Cullen — dirigió su mirada hacia ella — y ¿Emmett Cullen?
— Aquí… — Emmett levantó una mano. 
— Encantada, aquí tienen sus horarios chicos, tienen suerte de comenzar en el último año.
Ambos agradecieron y volvieron a tomar sus manos. Esto era incómodo
No puedo creerlo… Bien, ¿Quién me falta? Oh… este muchacho.
— Y tú debes ser Edward Cullen, irás con tus hermanos Alice y Jasper, a tercero.
— De acuerdo, muchas gracias. — respondí.
— No hay de qué, recuerden que pueden venir a consultarme cualquier duda que tengan sobre los horarios, las clases y los clubes opcionales. Claro, pueden hablar conmigo de cualquier cosa… Oh por Dios, váyanse ya.
— De verdad se lo agradecemos. Hasta luego.
Terminé la conversación, esa mujer se estaba volviendo loca ahí dentro. 
— Bien chicos, Emmett y yo iremos a recorrer por ahí. Suerte en sus clases! — dijo Rose dándose media vuelta. En realidad, tengo pensado llevar a mi grandullón a inspeccionar las duchas del gimnasio…
Era increíble. 
Nuestra primer clase fue Español, luego le siguió Matemáticas. Todos eran temas que ya habíamos visto anteriormente, así que dejé que mi mente vagara. Quise distraerme, pero en vez de eso conseguí más pensamientos sobre las chicas del aparcamiento. 
Definitivamente debo presentarme, él se ve tan caballero. Es atractivo, aunque tímido. Claro, ser el nuevo de la escuela… Se ve muy bien en ese sweater, hace resaltar sus ojos, y combina con su pelo alocado. ¿Creía que mi cabello era alocado? En realidad, me gustaba llevarlo así. 
Hola, ¿Qué tal? Soy Jessica Stanley, quería darte la bienvenida a Forks... o que tal esta, ¿Eres Edward no es cierto? Soy Jessica, ¿Te gustaría salir alguna vez? …
Ojala le gusten las morenas, ¿vendrá al baile de primavera?
Estuvieron toda la hora tratando de elegir la frase adecuada para presentarse delante de mí, algo que yo esperaba que no hicieran. Me resultaba incómodo rechazarlas… pero lo haría de todos modos.     
Agradecí que se terminara el día escolar, no soportaba un pensamiento más y me reuní con mis hermanos afuera, esperando en el coche. Todos se subieron y nos dirigimos a casa, necesitaba un tiempo a solas.
 Al llegar del instituto me dirigí hacia mi habitación, tomé un libro y corrí por el bosque, había decido comenzar una de mis lecturas. Cuando llegué al claro me recosté en el suelo y comencé: Orgullo y Prejuicio por Jane Austen. Leí la primer línea: ‘Es una verdad universalmente conocida que al hombre soltero, poseedor de una fortuna cuantiosa, le hace falta casarse…’  Que extraño, me sentí de algún modo identificado por la frase, yo era soltero, podría decirse que poseedor de unos cuantos dólares en el banco, pero definitivamente no me hace falta casarme o ¿si? Además había oído en las mentes de mis compañeras de clase decir que era el chico nuevo, el soltero más codiciado… Quise no recordar esos pensamientos y continué leyendo: ‘Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras, de sus hijas.’ En realidad, eso era exactamente lo que pensaban aquellas niñas, éramos los nuevos del pueblo, la nueva atracción y yo el único sin pareja, todas querían hablarme, incluso tocarme y hasta besarme… Pero yo no permitía que nadie se me acercara, las rechazaría muy caballerosamente para que no volvieran a dirigirme la palabra. 



Espero que les haya gustado!
Estoy trabajando en él con mucho entusiasmo :)
Saludos

martes, 27 de julio de 2010

Regalos Inspiradores

Estuve trabajando en estos regalitos para los blogs que me inspiraron y me dieron el valor para crear mis fanfics.
A ellas, maravillosas escritoras les doy un enorme aplauso por sus historias únicas y por hacer que el amor de Twilight nunca se termine. Estos son para ustedes:

Isabella - Utopía Escarlata


Las historias de Letras de Hielo y Fuego


Alexa - Letras de Medianoche


Irene - Esperado Anochecer


Crepúsculo para Amas de Casa.


Espero que sean de su agrado!
Un beso enorme a todas.

Melania

lunes, 26 de julio de 2010

Oneshoots Lovers - Emmett

Emmett POV: Todo lo que quiero, eres tú.
Él está más que enamorado de Rosalie, y decide hacerle un regalo muy romántico.
Ojalá les sea de su agrado, por favor díganme qué piensan!



Me gustaba permanecer largas horas del atardecer recostado entre sus piernas, respirándola, sintiéndola. Pienso que si alguna vez llegaran a preguntarme a dónde voy, a dónde quiero llegar… Mi respuesta inmediata sería a Rosalie aunque, en realidad, ya esté con ella.
Recuerdo muy poco de mi vida humana, simplemente son imágenes confusas de mi mismo y en la mayoría de ellas me encuentro en el bosque, al parecer me gustaba pasar mucho tiempo allí, cazando, como ahora. Pero no hay ni una mínima referencia en cuanto a el amor.
Esperen un segundo… Me equivoco, sí hay algo con respecto a eso.
Como olvidarme…

sábado, 24 de julio de 2010

La Push Fan - Jacob

Un buen perdedor - Jacob POV
Cartas a Bella NO entregadas, donde Jake intenta confesarle sus sentimientos.

Mi Bella:

Sé que piensas marcharte, ya lo sé. Piensas marcharte del mundo humano para pasar a ser parte del clan enemigo, y aunque no tienes ni idea de lo que me cuesta, no te detendré, puedes hacer lo que tú quieras…
A través de esta carta, quiero expresarte todo lo que siento en estos momentos…
Me hiciste saber que la decisión de transformarte estaba tomada y yo… reaccioné mal y hasta te desee la muerte antes que permitir que te convirtieras en tal monstruosidad, no podía aceptar que te hicieras eso… que tus latidos dejaran de existir. Todo este tiempo estuve tragando palabras que no pude decir, aunque hubiese querido decirte tantas.
Mientras tanto, sigo muriendo en la tristeza al no saber cambiar este destino… Si él supo darte más que yo, pues… seré un buen perdedor. Sabrás entender que no quiero que te alejes, te hiciste indispensable para mí, y aunque sea de lo más doloroso no puedo guardarte rencor alguno. Eres mi princesa, y siempre lo has sido.
Puedo comprender que lo que te lleva a hacerlo son tus sentimientos hacia ese ‘chupasangres’ , y realmente lo envidio al saber que él pudo conquistarte y yo no.
Sin embargo, esperaba que te quedaras, porque el amor que sientes por él no se acerca en lo más mínimo al amor que yo te tengo a ti, Sí, esperaba que este amor hiciera que te quedaras… conmigo. Bella, no tienes por qué disimular, las lágrimas que derrames por esta carta estarán de más… si tienes que irte, pues… lo harás. Siempre me has visto como tu mejor amigo, aunque sé que muy en el fondo de tu alma me amas a mi, también.
Soñé, algún día, con poder entregarte todo lo que tengo, y mi corazón… que es verdadero.
Sólo recuerda que yo estaré aquí, en el mismo lugar…

Tu Jacob.


viernes, 23 de julio de 2010

Oneshoots Lemoneros - Jasper





Jasper POV.
Las mujeres de Jasper Whitlock y su vida como vampiro nómada sin rumbo, antes de conocer a Alice y convertirse en Jasper Hale.

Shoot I - ‘El sexo y la sangre saben igual en todos lados’ - Diario de Jasper Whitlock

Advertencia: El siguiente texto es de contenido Lemon y ha sido clasificado como apto para mayores de 18 años.




¿Mi plato favorito? Las mujeres. Pero no cualquier mujer, soy algo… exquisito a la hora de comer. Las prefiero a todas, morenas, rubias o de cabellos rojizos, pero con buenas curvas. ¿Cuál es la palabra? Ah sí… sexy. Sobre todo sexy. He aprendido, al abandonar el ejército de María y ser ahora nómade visitando con gran facilidad diferentes localidades del mundo, que no sólo disfrutas la belleza de la mujer y su sangre si no que también disfrutas tener sexo con ellas. Y ser la última persona que les va a dar el mejor sexo de sus vidas me hace sentir… placentero. Después de todo ¿A quién no le gustaría morir sintiendo el mejor placer del mundo?, sin contar que para un vampiro, la primera es saciar la sed, claro.
No estoy totalmente orgulloso de las muertes que causé, todas esas mujeres inocentes simplemente deseosas de mí, pero me justifico al pensar en María, ella era la dueña de mi, de mi cuerpo y de mi mente. La primera. Mi creadora. Pensé que lo nuestro era amor, pero sólo me utilizó. Maldita perra.
Simplemente estaba descargando mi ira, y ya había fijado mi próxima presa.

jueves, 22 de julio de 2010

Crónicas Vampíricas

Mi nueva novela: Nuestro amor será leyenda
El padre de Helena se ha vuelto a casar y por estudios decide mudarse con su nueva familia, dejando atrás a su madre, sus amigas y a Dante, su mejor amigo. Pero al llegar, se siente atraída por Oliver, su hermanastro, un vampiro. Y por supuesto, ella aún no lo sabe.

Pasen y Lean


Capítulo I - Despedida

No me sentía cómoda con la idea de irme lejos de casa. Lejos de mi madre, de mis amigas, lejos de mis caminatas diarias por la playa. Sabía que la decisión que había tomado, en algunos años, me lo iba a agradecer a mi misma. Necesitaba un futuro, y estaba claro que en Westport, no iba a encontrarlo, al menos que quisiera terminar siendo una ama de casa como mi amiga, Guillermina. Sus padres, de un nivel económico muchísimo más alto que el mío, pudieron darle una muy buena educación. Ella pensaba como yo ahora, que con diecinueve años no podrías enamorarte y lo único realmente importante era formarte profesionalmente como mujer, pero evidentemente se equivocó, porque su vida tomó un rumbo totalmente diferente. Conoció a Ulises en clases y al poco tiempo se embarazó. Abandonó la universidad y sus padres les compraron una linda casa en los alrededores del pueblo, donde crían felizmente a la pequeña Liz, de tan solo un año y medio.
Es extraño cómo tu vida puede cambiar de un hecho tan insignificante, distorsionando todos los planes que tenías, que habías programado cautelosamente, sin razón alguna. O talvez, sí tengan algún propósito que, supongo, descubrirías con el pasar del tiempo. Considero que soy una persona lo bastante centrada en sus objetivos para que me sucediera algo así, mis hermanos me definen como aburrida, mis amigas piensan que la mayoría del tiempo estoy en estado vegetativo, pero en cambio mi madre, Victoria, de la cual heredé la paciencia, piensa que soy relativamente interesante y diferente a cualquier otra adolescente normal, que sueña con un príncipe azul, tener muchos hijos y un buen trabajo. Ella dice que soy especial.
Es madre, ¿Qué otro comentario más que el de halagar a su hija puede uno llegar a esperar?.
Pienso en ella, armando mi equipaje, y en cómo le partí el corazón al decirle que iba ir a vivir con mi padre. Aunque estén divorciados, tienen una relación bastante buena. Eso no quiere decir que ella haya perdonado o siquiera olvidado todo ese rollo de las infidelidades, pero como uno no puede vivir del pasado, al menos lo intenta. Creo yo, que se podría comparar con una relación de buenos vecinos, obviando la parte en que los separan cientos de kilómetros de distancia.

Allá iba yo. Era todo un desafío para mi, pero si quería conseguir todo lo que tenía programado para mi futuro, separarme de las personas con las que crecí toda mi vida, era un sacrificio que tendría que aceptar.
Gracias a que no fui la más sociable en mis días de secundaria, quiero decir que obviamente no encajaba en el grupo popular o talvez fue simplemente que yo no quería unirme, dejo aquí a mis tres mejores amigas, mi madre y a mi hermoso perro San Bernardo, Isenbeck, el único que realmente supo robarme el corazón. Nunca fui de esas chicas que se arreglan, se compran vestidos y tienen citas. Yo, por el contrario, rechazaba a cualquiera que quisiera invitarme a algún baile o excursión por los alrededores, no por el hecho de que me quisiera hacer desear, sino, porque verdaderamente no estaba interesada. Pienso que aún no he encontrado a mi tipo de chico ideal, y talvez nunca lo encuentre. He llegado a idealizar demasiado a mi tipo de pareja. Algunas chicas buscan prototipos en los cuales se reflejen las cualidades de sus seres queridos, como padres o hermanos, pero definitivamente no es mi caso. No es que piense que mis hermanos son malas personas o algo así, sino que mi enamorado tiene que cumplir ciertos requisitos y que creo, sinceramente no vaya a encontrarlos todos en una sola persona. A veces pienso que me hubiese gustado nacer en otra época, en ese entonces todo era muchísimo más valorado. Desgraciadamente, tengo que echarle la culpa a mis largas noches de lectura, sobre todo a mis novelas románticas.


Mi avión sale por la noche mamá! No tienes que preocuparte por encontrarlo ahora. Lo buscaré luego. Aún faltan unas cuantas horas…
Necesitaba encontrar aquel vestido, o papá me mataría. Fue el que me envió para mi cumpleaños número diecinueve. Nunca lo he estrenado, quería usarlo para alguna ocasión especial pero, nuevamente gracias a mi no popularidad, no tenía demasiados eventos que presenciar. Eso fue algo que mis amigas siempre me reprocharon, e intentaron amenazarme de muerte si no asistía a algún baile de graduación, a los cuales aceptaba e iba de muy mala gana y terminaba leyendo Shakespeare en la biblioteca del colegio.

Claro claro, luego tu padre llama haciendo una escena de que seguramente fui yo quien te obligó a tirarlo. Víctima de todo, como siempre. ¿Dónde están tus hermanos? Tienen que ayudarme a subir tus maletas al auto, no ando bien de la columna y lo saben.
Fueron hace unas horas a llevar a Jess a casa de su tía. Deben estar volviendo de allí.
Jessica es prácticamente mi hermana. En realidad, es la novia de Héctor desde hace 6 años. Fue y seguramente será, la única novia que tuvo. Antes de convertirse en mi cuñada, era mi amiga, y ahora es cómo si fuera mi hermana. Vive, literalmente, pegada a mi hermano y es un miembro más de la familia. También voy a extrañarla. En cuanto a Marco, el mayor... Bueno él es un caso especial.

Avisaste a tu padre a qué hora tiene que ir por ti al aeropuerto, Hel? No vaya a ser que se olviden de ti y termines perdiéndote. Según lo que sé tienen una casa fuera del centro, a la mujer y sus hijos no le gusta mucho estar cerca de la gente, más bien a mi me parece que la gente no quiere estar cerca de ellos son algo extraños… Mi madre siempre hacia tales comentarios sobre la nueva mujer de mi padre. Yo sólo la había visto en fotografías, y era realmente muy hermosa, al igual que sus hijos adoptivos y mis hermanastros. Oliver y William. Puedes pedirle a algunos de sus hijos que vaya por ti, no creo que les moleste…
Ni siquiera los conozco madre, me las arreglaré si se olvidan de mi. Recuerda que compraste para mi unos cinco mapas de la ciudad. Me reí. Mi madre realmente pensaba que podría perderme.
Volví mis pensamientos hacia mis hermanastros. Sabía poco sobre ellos, nunca tuvimos tanta comunicación con mi padre ni me atreví a preguntarle por su nueva familia. La historia era que conoció a Anna mientras cazaba osos en el bosque, dijo que a ella también le gustaba, cosa que me pareció extraño. ¿A qué clase de mujer le gusta la caza? Y ella parecía muy bonita y refinada. En fin, se enamoraron y fueron a vivir juntos a una gran mansión en Dartmouth junto con sus hijos. Según mi madre, ella heredó una gran cantidad de dinero de su padre y por eso disfrutaban de la alta sociedad. A mi no me parecían exquisitos en lo absoluto.
Espera a que los conozcas. Quiero decir, yo tampoco los conozco ni me interesa hacerlo pero… Eso era mentira. Lo que más la entretenía era entrometerse en la vida de los demás. …¿Recuerdas a mi amiga Janice? Bueno, no le contesté, asumía que no la recordaba en lo absoluto. Ella vive en el centro de Dartmouth y una vez los vio pasear con sus lujosos coches, presumiendo.
¿Janice? ¿No fue con la que te peleaste porque mintió al respecto de que papá tenía una amante cerca de aquí, cuando en realidad era ella misma? No creas todo lo que te dicen madre. le dije.
Ella no me contestó y cambió de tema enseguida. Había ganado en el asunto. Me sonreí y seguí concentrada en mis maletas y en ese maldito vestido. ¿Dónde lo puse?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la camioneta de Dante al estacionarse frente a nuestra casa. Sabía que era él. Había prometido venir a despedirme, si no lo hacía iba a ser hombre muerto.
Se oyó el ruido de las puertas al abrirse y a mi madre.
Dante! La próxima vez que intentes atropellar mis flores te prometo que no quedará nada de tu desagradable camioneta. ¿No te ha dicho tu padre que la cambies de una vez? Hace daño a la humanidad.
Ella lo molestaba por el aspecto de su camioneta. Tengo que admitir que no combinaba en nada con el suyo. Era un moreno alto de gran sonrisa y ojos profundos, verdes. Recuerdo perfectamente que todas las niñas de la secundaria suspiraban cuando este pasaba por su lado, sin embargo nunca le conocí una novia. Decía que estaba esperando a la correcta. Definitivamente, raro. Por eso es que es mi mejor amigo. Somos del mismo equipo.

Como era de esperarse, no estaba ni en lo más mínimo de acuerdo con mi viaje sin fecha de regreso, pero lo tuvo que aceptar. No me habló por más de una semana cuando se lo dije, y eso fue hace exactamente 7 días. El último mensaje que le di fue:
Si no vienes a despedirte, antes de irme le diré a todo el pueblo que te hiciste en la cama hasta los catorce años. Te quiero, Hel.
Se lo envié en una nota por Dony, su hermana melliza y mi amiga, claro.
Ellos son hijos de Mónica y Patrick. Su madre murió de una terrible enfermedad cuando eran pequeños y como su padre trabajaba para mantenerlos, prácticamente pasaron toda la infancia en casa, conmigo y mis hermanos. Mi madre los recibió con los brazos abiertos y los educó como si fueran suyos. Desde entonces que somos amigos, también podríamos llamarnos hermanos, pero creo que Dante no tiene las mismas intenciones.

¿Dónde está ella? preguntó a mi madre, con un tono triste en su vos. No puedo creer que la hayas dejado irse. No es justo.
Oh Dan. Ya no es una niña, y puede tomar sus propias decisiones. A mi tampoco me complace que se vaya, pero si piensa que es lo mejor… Ella estará bien.
Se podía escuchar palmarle la espalda mientras lo abrazaba.
Pero aquí también puede estudiar, tía Victoria. No hace falta que se vaya tan lejos. ¿Acaso no es suficiente para ella este lugar? Que desagradecida. Después de todo lo que has hecho por ella…

Ese comentario me molestó. Demasiado. Salí de mi habitación decidida a pegarle y partirle la cara con mis propias manos. Yo no estaba contenta de irme, de separarme de todos, pero era necesario. Para mí. Pensé.
Dante estaba parado junto a la puerta y mi madre a su lado. Al verlo, quise abrazarlo. Siete días sin habernos visto era demasiado. Pasé toda mi infancia y adolescencia con él ¿recuerdan?
Pero me miró con desagrado, y eso me recordó el comentario que había hecho.
Cómo te atreves a cuestionar mis decisiones, y por sobre todo decirle eso a mi madre. Estoy infinitamente agradecida por todo el esfuerzo que ella ha hecho por todos nosotros, pero creo que ya es tiempo de independizarme. Y… en todo caso, ¿Para quién no es justo que me vaya? Eres egoísta Dan. Pero si esa es tu forma de decir: voy a extrañarte demasiado, entonces mi respuesta es: yo también, pero odio que te comportes como un idiota.

Él sonrió ante mi deducción. Amába esa sonrisa, amplia y deslumbrante. En estos momentos podría decir que sentía la atracción de las niñas de la secundaria que corrían tras él.
La parte más difícil de todas era esta, la despedida. Nuestra despedida.
Al observar la angustia que transmitía mi cara su instinto fue abrazarme. Yo lo correspondí, y hundí mis ojos llenos de lágrimas en su pecho. Oí los pasos lentos de mi madre hacia la cocina, permitiéndonos algo de privacidad.
Te quiero, idiota. Gracias por venir a despedirte — Le dije apretándome más contra su cuerpo. Se sentía muy bien.
— En realidad lo hice porque amenazaste en contarle al pueblo que mojé mi cama hasta los catorce años. Tengo una reputación que cuidar ¿sabes?- Mintió.
Simplemente reí. No quería que se terminara nunca más ese abrazo.
Es un 'Hasta luego' Hel, ¿no es cierto? dijo mientras levantaba mi mentón con los dedos de la mano.
Me miró y quise desaparecer. No estaba segura de que fuera un 'Hasta luego', creo que se acercaba más a un 'Adiós'.
Y al pensarlo, dejé que mis lágrimas mancharan una vez más su camisa.




Sus comentarios y opiniones me ayudan a seguir escribiendo. Gracias!


martes, 20 de julio de 2010

Antes del Amor - Cap I

Twilight - Antes del Amor
La familia Cullen y su llegada a Forks antes de conocer a Bella Swan


Capitulo I
Edward Pov.


En algo que estuvimos todos de acuerdo, como en cada uno de nuestros viajes, siempre y cuando fuese razonable y esté dentro de un mismo continente, fue que para cruzar la frontera a los Estados Unidos no era necesario viajar en avión.
Recuerdo el último viaje que hicimos, fue desde Volterra, Italia. Rosalie aprovechó el momento para comprarse un deportivo rojo, que siempre había querido. Para ser exactos, un BMW M3 convertible. El problema fue que, cuando tuvimos que volver, Rose no quería despegarse de él, y, como es lógico, no podíamos subir al avión un deportivo como equipaje de mano.
Así es que toda la familia, excepto Emmett y ella, el pobre es arrastrado por los encantos y la belleza de aquella vampira, cruzamos el atlántico en avión, mientras que ellos en barco. Típico de Rosalie, siempre cumpliendo sus caprichos.
En fin, una característica que une a toda la familia Cullen es el gusto por la velocidad, y por eso nos damos el lujo de comprarnos coches con alta potencia y poder disfrutar nuestros viajes, sean cortos o largos.
Mientras metíamos nuestras pocas maletas a nuestros respectivos automóviles, Carlisle había hecho una mudanza previa de nuestras cosas con mayor valor sentimental, como mi piano, el placar entero de Alice, una biblioteca entera de libros sobre historia de Jasper, autoretratos de Rosalie, y el Jeep de Emmett, que no podríamos llevar nosotros mismos a causa de la longitud de nuestro viaje. Por supuesto, este último se entero en ese momento el paradero de su más preciada posesión, después de Rosalie, claro.


¿Alguien puede decirme dónde está mi Jeep? dijo Emmett, un poco nervioso. Siempre se ponía así cuando se trataba de él. ¿Rose?.
Yo, gracias a mi habilidad, sabía de antemano que Rosalie había mandado el Jeep en la misma encomienda como todas nuestras otras cosas por la única razón de utilizar su deportivo.
Claro cariño, contesto ella de lo más campante Está en camino hacia nuestro nuevo hogar, tú me prometiste que en nuestro próximo viaje podría conducir, así que eso es lo que vamos a hacer. Viajaremos en mi coche.
Emmett había olvidado por completo aquel detalle, y recordó que sí, se lo había dicho, pero sólo para sacarse el tema de encima. No le gustaba la forma de conducir de Rose, ella era… algo exagerada. Puso cara de haberse rendido, y asintió.
Tienes razón, no sé cómo lo haces, pero siempre te sales con la tuya, rubia linda.
Ella dejó ver su perfecta dentadura en una sonrisa de satisfacción y se alejó unos metros en busca de sus maletas. ¿Realmente pensaba que, con el tamaño que Emmett tenía, podría caber en ese BM? Si eso era lo que quería Rosalie, lo conseguiría.
Yo miré a mi hermano mayor, y preferido, y le hice un gesto de disgusto. Siempre caía en sus redes, como dije.
¿Qué? dijo al levantar ambas cejas.
Te lo dije hermano, ella es insufrible. Y tú dejas que se salga con la suya.
¿Qué más quieres que haga? Mira esas curvas, esas piernas… al mismo tiempo que decía estas palabras se le saltaban los ojos de lugar al ver el diminuto vestido de viaje que traía Rosalie.
Puse los ojos en blanco y me dí media vuelta al oír mi nombre. Por supuesto que no lo había oído de la boca de nadie, pero sí en la mente de Tanya.
Era hora de despedirnos del aquelarre Denali, nuestra segunda familia. Eleazar y Carlisle habían sido muy buenos amigos todos estos años, y siempre que necesitamos algo ellos acudieron por nosotros.
Al volverme, vi a mis padres despedirse de Eleazar y Carmen, que estaban tomados de las manos, también estaban Kate e Irina, abrazando a Jasper y Alice, y Tanya despidiéndose de mi madre.
Oí sus pensamientos.
Ojala no nos olviden… Tengan mucho cuidado, hay varios grupos de nómadas en esas tierras… Estaremos en contacto…. La próxima visita espero que Emmett esté soltero… Esa era Kate, definitivamente, la encontré varias veces pensando en él desnudo, por Dios! Seguí escuchando. Gracias por todo… Hubiese sido lindo que Edward y yo…
Este último pensamiento, lo reconocí enseguida, era Tanya, de nuevo. Eso me hizo sentir incómodo.
Rosalie, Emmett y yo nos acercamos. Nos tocaba a nosotros despedirnos también.
Fue emotivo, especialmente para mis padres, pero para mis hermanos era emocionante conocer un lugar nuevo, excepto la parte en la que tendríamos que comenzar por… ya no recuerdo cuántas veces hicimos la preparatoria, también aparentar ser unos pálidos adolescentes, hijos adoptivos de un doctor y su esposa, que no podían tener hijos propios. Esa era la versión de siempre.
A mi me daba igual el lugar, aunque me llamaba la atención que Carlisle haya escogido una casa cerca de territorio Quileute, sabía lo del tratado y eso… Demasiada información para ser sorpresa. Lector de mentes ¿recuerdan?
Hora de partir. Una vez terminada la despedida cada uno se subió a sus respectivos coches, el único que se quejó fue Emmett, le era demasiado difícil poner su cuerpo allí dentro. Eran apenas pasada la medianoche, conducir en la oscuridad era lo más conveniente para nosotros y aún más para la velocidad, de día nos encontrábamos con muchos turistas y se hace difícil pasar desapercibidos. No por nuestra apariencia, ya que todos nuestros vidrios estaban polarizados, pero la velocidad… La velocidad asusta a la mayoría de los humanos, y no queremos que nadie note nuestra presencia. Cuanto más podemos pasar inadvertidos, muchísimo mejor.

Antes de subir a mi preciado Volvo plateado, que elegí porque me gusta su diseño y por lo más importante de todo, porque puede alcanzar hasta 220 km/h… En fin, antes de subime a él oí mi nombre de nuevo, pero esta vez literalmente, después de oírlo en su mente. Tanya quería decirme algo que yo ya sabía…¿Porqué se tomaba la molestia? Definitivamente era incómodo. Oh… Le parece cobarde que las palabras no salgan de su boca. Entonces la oí, respetuoso.

Edward, sé que esto esta demás decirlo pero… esto… Quiero que sepas que yo… Me lo hacía poner tan difícil, la dejé continuar, simplemente mirándola. - …te quiero. Y lo soltó.
No puedo creer que haya dicho eso. Que estúpida, que estúpida e ignorante soy. Oh por dios, esto es realmente vergonzoso.
No hice caso a ninguno de sus pensamientos, y simplemente respondí Gracias Tanya, eres maravillosa. No espero que entiendas el porque de mis pensamientos de que nunca le perteneceré a nadie. Es que mi alma… No tenía ningun sentido explicarle, le había roto el corazón de todas maneras De cualquier manera, no le encuentro un sentido como todos ustedes. Pero siempre serás como una hermana para mí. Nuevamente, gracias.
Seguro dijo desganada pero luego añadió para todos Que tengan buen viaje. No tarden en volver.
Intenté tararear mi canción preferida de Debussy para mí mismo y darle privacidad, permitirle pensar lo que quisiera al respecto. Subí a mi coche y comenzó el viaje.


En la carretera, todos seguíamos a nuestro padre que sabía el camino hacia Forks.
El único que viajaba solo era yo. Éramos yo y mi música, nadie más. Todos disfrutábamos aquellos momentos de intimidad, yo con mi música y ellos con sus parejas, aunque todos sabíamos que no podían ocultarse de mi del todo. Yo lo intentaba, pero sus pensamientos eran tan fuertes que algunas veces me era imposible. Los que más trataba de evadir eran los de mis padres, no me parecía correcto, quiero decir… son mis padres, necesitan tal intimidad y porque a mí no me causan ninguna gracia sus pensamientos de deseo… esos son los que más quiero evitar. Pero a veces, con mis hermanos me resulta imposible. Al ser más jóvenes piensan con más frecuencia en eso. Los que me parecían más comunes eran los de Emmett y Rosalie, sumamente brutales…
Voy a subir lentamente mi vestido para que Emmett vea mis piernas, sí, eso lo volverá loco. Recuerdo la última vez que lo hicimos en el coche… genial.
¿Porqué me hace esto Rosalie? ¿Acaso me quiere volver loco? Sabe que si sigue haciendo eso vamos a tener que parar el coche y llegaremos más tarde que los demás… Eso que importa ¿no? Ella es tan sexy…
Por Dios! ¿Es que no se cansan de eso? Es increíble. Cambié de auto automáticamente.
Amo las cicatrices que tiene, lo hacen ver muy valiente y atractivo. Creo que es mi turno de dejarle algunas marcas por ahí… mmm. ¿Alice? Oh vamos! Tienen que dejar de hacer eso.
No quise ni siquiera prestar atención a lo que estaba pensando Jasper.


No es que no estuviera de acuerdo que mis hermanos o el resto de los humanos tuvieran relaciones sexuales, parece ser de lo más natural para ambas especies.
Sólo es que a veces, me molesta… No, no me molesta. A veces pienso que hubiese sido bueno poder hacerlo… Quiero decir, soy el único virgen en esta familia, y parece ser que así permaneceré, gracias a mi no atracción hacia el sexo opuesto.
Raro, vírgen y anticuado. Recordé los pensamientos de Rosalie, típico de ella.